El estudio de mi casa: Desde marzo de este año, este pseudo - estudio se ha convertido en el "San Alejo" no oficial de mi casa. Allí hay una serie de cajas con libros y películas, un computador viejo, revistas sin ordenar, cuadros sin enmarcar, una máquina elíptica para hacer ejercicio y dos o tres torres de papeles, cuadernos y más libros en el piso.
Domingo 19 de octubre: Mi esposo, mi hijo y yo nos mamamos de tanto desorden e invertimos aproximadamente dos horas en un mega - almacén de muebles llamado TUGÓ escogiendo un centro de entretenimiento para ordenar el "pseudo - estudio". Escogimos este almacén porque, como su nombre lo dice, los muebles son para llevárselos puestos. No hay 45, 30 o 20 días de entrega como en otros almacenes, simplemente al día siguiente llegan los muebles, los instalan donde uno quiere y... voilá... decoración y orden al instante... ¡¡Qué emoción!!
Lunes 20 de octubre: Llego del trabajo a las 5:30 p.m. y hago la correspondiente llamada a TUGÓ (ya les he dicho que tengo una personalidad algo obsesiva) a reconfirmar el arrivo de mi tan ansiado Centro de Entretenimiento. "Si señora, más o menos en una hora le llega el camión"... ¡Qué dicha!... A las 7:00 p.m. suena el citófono, al otro lado la melodiosa voz de un celador: "Doña Claudia, que vienen de TUGÓ, que le traen un mueble"... ¡¡¡QUÉ SIGAN POR FAVOR!!!... Entran a mi casa tres señores con 4 cajas tamaño familiar y empiezan a desempacar, yo tranquila, viendo televisión, pero echando ojo de soslayo... Cuando de repente... ¡¡¡NOOOO, de ese color yo no pedí el mueble... Ese está super claro... Yo pedí color Wengue!!!!.... Y uno de los instaladores: "Yo no sé mi señora, a nosotros nos mandaron con esto".... Vida triste... (y otras palabras que no son aptas para un blog)... Llamo otra vez a TUGÓ y me atiende Doña Dayana: "Uy, qué pena, el vendedor se habrá equivocado... Hagamos una cosa, dígale a los instaladores que empaquen todo, y devuélvalo. Mañana le mando el correcto"... Yo apenas alcanzo a decir: "¿A qué ho..."... y el pi-pi-pi del teléfono colgado... Bueeeno, paciencia, paciencia. Señores llévense su mueble color miel que eso no fue lo que se compró.
MARTES 21 DE OCTUBRE: Diez de la mañana, suena el citófono y como en deja-vú: "Doña Claudia, que vienen de TUGÓ, que le traen un mueble"... ¡¡¡QUÉ SIGAN POR FAVOR!!!... Entran a mi casa, sigo en deja-vú, los tres instaladores empiezan a desempacar.... Primera caja: en color wengue... Bieeeen!!!... Segunda caja: en color MIEL.... ¡¡¡¡NOOOOO!!!!... Tercera caja: en color MIEL..... ¡¡¡¡NOOOO!!!!.... "Uy qué pena señora Claudia, el vendedor se equivocó otra vez".... Saben qué: llévense sus muebles color miel... "Ay señora, pero no se ponga así, le armamos este que viene en wengue y mañana le traemos el resto, ¿si?".... Ahh!!! Pues será...
MIÉRCOLES 22 DE OCTUBRE: Diez de la mañana, no suena el citófono, no hay deja-vú. Llamada a TUGÓ... Me atiende Don Roberto: "Uy Señora Claudia, ya la iba a llamar (si, cómo no!!)... Qué pena con usted, pero imagínese, que los containers nos llegaron mal de Brasil y no le podemos cubrir su pedido, si quiere venga al almacén y escoja otro mueble, o le devolvemos su plata"... ¿Cómo?... ¿Qué, qué?... Es un chiste, ¿cierto?... "No, no señora, no es un chiste, no le podemos cubrir su pedido, nuevamente qué pena".... Vida triste (y otras palabras que no puedo escribir en un blog).... ¿Y el mueble que quedó en mi casa?.... "Ay, cierto, lo pasaríamos a recoger mañana, pero la plata solo se la devolvemos después de recoger el mueble, pero por qué más bien no viene al almacén y escoge otra cosa?"... Me provocó decirle: pues por varias razones baboso, 1. Porque no tengo tiempo, 2. Porque el que escogí era el que me gustaba, 3. Porque en las dos horas que gastamos el domingo pudimos ver que el resto de cosas son muchísimo más caras...
El estudio, la sala y el comedor de mi casa: Desde octubre de este año después de haber sacado todo el desorden del "pseudo - estudio" a la sala y al comedor para poder armar un dizque Centro de Entretenimiento que TUGÓ no pudo enviar, mi estudio, mi sala y mi comedor se convirtieron en el "San Alejo" oficial de mi casa. Allí hay una serie de cajas con libros y películas, un computador viejo, revistas sin ordenar, cuadros sin enmarcar, una máquina elíptica para hacer ejercicio y dos o tres torres de papeles, cuadernos y más libros en el piso.
Hasta la próxima,
Claudia R.
